sábado, 30 de abril de 2016

Urdón - Canal de Osina - Sierra de Bejes - Canal de Reñinuevo - Cuetodave

Esta actividad la realizamos el pasado sábado 30 de Abril, una semana después de la realizada con el Peñas Arriba entre Bejes y Urdón pasando por Tresviso. Y fue precisamente en esta marcha, al contemplar la parte del canal de Reñinuevo que se divisa en el descenso de Tresviso a Urdón y comentando que algunos del grupo aún no la conocían, que surgió la idea  de ponerla en nuestra agenda, para realizar lo antes posible este espectacular recorrido.
También aquí surgió  como llevarlo a cabo, pensamos que podíamos comenzar en Urdón y aprovechar para recorrer el sendero recientemente acondicionado que une esta localidad con el pueblo de la Hermida, y que a nosotros nos llevaría al inicio de la canal de Osina, que una vez superada nos deposita en el collado de Osina. Después recorreríamos toda la sierra de Bejes, hasta llegar al collado de Hoja y desde este collado descender hasta el canal de Reñinuevo por la canal de Perilluenga, canal totalmente desconocida para nosotros y por donde discurre el camino que unía los pueblos de Bejes y de Tresviso. Una vez llegado al canal, se trata de seguirle en todo su recorrido hasta llegar al casetón, que al pie del Cuetodave, y en un lugar increíble, fue construido por la Electra de Viesgo. En el casetón ya termina el canal y el agua se introduce en un grueso tubo que cae a plomo casi 300 mt. hasta la central de Urdón donde mueve la turbina que genera la electricidad.
El canal se recorre a tramos por el borde del muro del mismo canal y en los lugares donde este es intransitable por introducirse en largos túneles labrados en la roca, el sendero abandona el canal para en continuos sube y baja, recorrer sitios increíbles.
En el vídeo que pongo al final de este relato, se ve con bastante precisión todo el recorrido arriba descrito, con el añadido de la subida a la cumbre del Cuetodave que realizamos Julio y yo.
Aunque para este sábado, para no variar, daban algo de lluvia, para que este proyecto no se perdiera en el tiempo, nos animamos y para los ocho de la mañana estábamos en Urdón dispuestos efectuar este espectacular y duro recorrido.

Comenzamos recorriendo los casi dos kilómetros que tiene el camino que unía Urdón con la Hermida que ha sido acondicionado recientemente, y que transcurre por encima de la carretera del desfiladero.

Un poco antes de llegar al pueblo de la Heermida encontramos el desvío para meternos en la canal de Osina, donde nos hacemos la "foto de salida" y donde vemos a tod@s los que nos hemos reunido para la ocasión.

Y comenzamos a superar esta bonita canal.


Según ganamos altura, vamos obteniendo una buena visión del desfiladero y del pueblo de la Hermida.


El sendero esta bastante marcado y no cuesta seguirle, aunque algunos tramos están "parriba"


Bonito tramo con las rocas tapizadas por el musgo.

La canal termina en el collado de Osina desde donde se tiene una magnífica vista de casi toda la Senda de la Peña, camino normal para acceder al pueblo de Tresviso desde el desfiladero.

Tras dejar atrás el collado, comenzamos a recorrer la bellisíma Sierra de Bejes, plagada de hayas y avellanos, con rincones insólitos e ímágenes insospechadas, como esta de la entrada a los dos barrios que forman el pueblo de Bejes.

Cada poco nos vamos encontrando con distintas cabañasa, alguna de ellas ya en muy mal estado. En una de ellas nos metemos a picar un poco, guareciéndonos de un breve chaparrón que las nubes que andan algo amenazadoras, nos han soltado encima.

Afortunadamente, a los pocos minutos cesa de llover y el sol pone un toque de luminosidad a este precioso recorrido.


Otra cabaña en claro proceso de derrumbe. Comentamos que de aquí a pocos años habrán desaparecido la mayoría de ellas.

Una breve parada para un cambio de impresiones y para disfrutar de lo que nos rodea.

 La sierra de Bejes termina en el collado de Hoja, 250 mt. por encima de Bejes y donde se inicia el descenso del la canal de Perilluenga por donde discurre el camino que unía el pueblo de Bejes con el de Tresviso, hoy solo utilizado por montañeros, de hecho, ibamos con algo de miedo, pues a Jelu le habían comentado que no se podía transitar por ella debido a la maleza. Afortunadamente no fue así, y aunque se ve que el camino esta bastante deteriorado, se puede transitar por el con el solo inconveniente de su fuerte inclinación en algunos tramos.

Por entre el arbolado vemos el río Urdón cerca de su nacimiento, encajonado en un profundo barranco.

Tras un rato de vertiginoso descenso hacia el cauce de río, llegamos al canal de Reñinuevo, que recoge las aguas en el nacimiento del Urdón y las canaliza hasta el casetón unos kilómetros mas adelante. Le recorremos unos metros por el muro que encauza las aguas y enseguida tenemos que dejarlo para descender unos metros por un marcado sendero, dando comienzo al continuo sube-baja que unas veces nos lleva al muro del canal, y otras nos desvía del mismo para recorrer sitios increíbles, donde a veces parece imposible que el sendero tenga continuidad.

El sendero transcurre en gran parte de su trazado con cortados por arriba y por debajo del mismo, con el agravante de los espesos escajos que lo cubren en alguno de sus tramos.

Este es uno de esos sitios imposibles por donde transcurre el sendero.

El mismo lugar con mas perspectiva.

El sendero muy estrecho labrado en la misma pared, exige la máxima concentración de donde se ponen los pies.

Y llegamos al Corredor de Matallana, un pasadizo de hormigón con balaustrada, completamente colgado al vacio y que en la guía recomienda se pase de uno en uno.

Después de recorrer otro tramo por el muro del canal, lo dejamos de nuevo para seguir otro tramo del sendero, que en esta ocasión nos lleva hasta un paraje situado a la izquierda del sendero que es un auténtico nido de águilas, y donde decidimos pararnos a comer, aunque hoy aún sea un poco pronto. Desde él tenemos esta impresionante vista de una parte del camino de Tresviso.

 Después de comer y antes de ponernos en marcha, fotografío a Jelu con la cumbre del Cuetodave al fondo.

Esta es la vista que hemos disfrutado del canal desde nuestro comedor.

Jelu y Juan Carlos que van a todo "trapo" me ofrecen esta espectacular foto, caminando sobre el abismo con solo 35 cm. de muro para poner los pies.

Ya próximos al casetón, se tiene esta perspectiva de la Senda de la Peña, o camino de subida a Tresviso. También atravesamos el único túnel por donde discurre el canal que es accesible, gracias a unas chapas metálicas que permiten ir pisando por encima del agua, eso si, hay que atravesarlo bien agachaditos para no pegar con las mochilas en el techo.

Volvemos a dejar el canal y recorremos otro tramo de sendero labrado en la misma pared.

Ahora se nos muestra esta vista del desfiladero de la Hermida.
Llegamos al casetón donde se termina el canal y donde se comienza un vertiginoso descenso por unas escaleras también labradas en la misma pared, hacia el camino que sube a Tresviso, ya muy cerca de la central de Urdón.
Miro el reloj y veo que son las 3,30. Aún es muy pronto, pienso, en menos de una hora estamos en el coche. Las otras dos veces que he estado en este lugar, me quede con las ganas de subir a la cumbre del Cuetodave, pero en esas ocasiones ni la hora ni las ganas me permitieron hacerlo. A voces mando esperar a mis acompañantes que van a todo meter bastante mas adelante de Julio, que me ha acompañado en este último tramo, y de mi. Les propongo lo de subir al Cuetodave pero ninguno esta por la labor. Me dicen que suba yo si quiero. Yo les digo como van a estar esperándome mas de dos horas que es lo calculo me llevaría subir y bajar. Julio me dice que el también me acompaña, y los otros, que no les importa esperarnos, que para hacer tiempo, se van hasta la Hermida a tomarse unas cañas. No me lo pienso dos veces y nos ponemos inmediatamente en marcha. En este momento, dos chicos que descienden de la cumbre llegan hasta nosotros. Les pregunto si la subida tiene algún paso complicado y nos dicen que no, algún trazo de sendero, algún hito, y eso si todo muy píndio.

A las 4,30 llegamos a la cumbre, justo una hora después de haber dejado al resto de la expedición. Las vistas de esta modesta cumbre (836 mt.) son espectaculares. Tenemos a nuestros pies el collado de Osina y una vista de toda la sierra de Bejes por donde hemos ascendido esta mañana.

Julio en la cumbre con la senda y el pueblo de Tresviso al fondo, y por encima de ello, el Cueto de la Cerralosa.

Y el otro expedicionario.

Esta vista de la sierra de Bejes por donde transcurre la canal de Reñinuevo.

Enseguida comenzamos el descenso para no hacer esperar mucho a los que no han subido. Pero el terreno es muy empinado y muy malo de pisar, así que hay que bajar con el máximo cuidado. Por el wualqui nos hemos comunicado con los de abajo y ya saben que estamos descendiendo.
Julio señala el increíble sitio donde hemos comido.

Con gran alivio vemos ya próximo el casetón, enseguida dejaremos atrás este terreno tan incómodo.

Otra vista del río Urdón y del camino de Tresviso.
A partir del casetón y tras pasar los túneles labrados en la roca, el camino, tapizado de hierva, desciende en continuos zig-zas hasta enlazar con el de Tresviso ya muy cerca de la central de Urdón, donde vemos a nuestros compañeros que nos están esperando para iniciar el regreso hacia Santander, eso si, con una parada en el Resbalón de Panes a ponernos "morados" de cerveza y de queso de Tresviso.
Solo puedo decir que espectacular y preciosa la marcha de hoy, además rematada con la cumbre del Cuetodave.
Y me despido con el deseo de que os guste el reportaje y el vídeo.



sábado, 23 de abril de 2016

De Bejes a Urdón pasando por Tresviso con el Peñas Arriba

Como viene siendo habitual durante esta primavera, los sábados toca agua, y claro, el pasado día 23 no iba ha ser la excepción. Tocaba subir a Collada Bonita, que se nos esta negando a base de bien, pero con el pronóstico del tiempo, imposible.
¿Otro sábado en casa?. Veo en el blog del Peñas Arriba que para este sábado tienen salida, que consiste en una larga travesía desde el pueblo de Bejes  al de Tresviso con final en Urdón. Como el recorrido transcurre por buenos caminos, llevando el goretex y un buen paraguas, podemos pasar un buen día montaña acompañados con una buena gente que ya conozco.
Como Chema y Mayte suelen salir con este grupo mas a menudo que yo, les pregunto si lo van a hacer en esta ocasión, y al recibir una contestación afirmativa, rápidamente entro en el blog del grupo para rellenar el formulario de inscripción.
Salida de los Salesianos a lasa 7,45 y de Teka a las 8, con parada de 20 minutos en Panes para cafeses, pinchos y baños. De nuevo al autobús que nos sube hasta la entrada del barrio de la Aldea de Bejes. Como ya nos temíamos y como estaba pronosticado, llueve con bastante intensidad. Antes de bajar del autobús se deja oír alguna propuesta de encargar unas buenas alubias en el pueblo y olvidarnos del monte que hoy no esta muy apetecible.
Pero la propuesta no cuaja y al refugio del alero de una casa, comenzamos a prepararnos en condiciones para ir bien protegidos de las inclemencias del tiempo, y pasados unos minutos de las 10 nos ponemos en marcha.

Pero primero la foto de salida, un poco descompuesta dada la situación, pero que sirve para hacerse una idea de quienes somos los veinte intrépidos y valientes montañeros que no se amilanan ante las inclemencias del tiempo.

El barrio la Quintana rodeado de unos campos que comienzan a lucir su color verde primaveral.

Cada uno protegido como buenamente puede, vamos ascendiendo hacia el collado de Hoja.

En el collado enlazamos con la pista que asciende hacia las cabañas del Dobrillo y la recorremos unos metros para enseguida, desviarnos por un bonito camino que nos ahorra la gran vuelta que da la pista.

 Al llegar al Dobrillo tomamos de nuevo la pista y el grupo va ya muy disperso. Algunos se paran al abrigo de una cabaña para picar algo, otros ya van muy adelante, y otros continuamos la marcha sin pararnos de momento a picar. El caminar por la pista hasta llegar al Vao de los Lobos, se hace un poco monótono y pesado, ademas, sigue lloviendo con bastante fuerza.

Durante un buen rato comino solo por la pista con la intención de alcanzar a los que van adelante. Me vienen recuerdos de cuando hace ya bastantes años, recorría por primera vez este camino en mis andanzas solitarias de de tres o cuatro días.

Tras pasar por encima de las majadas de la Llama y de la Cerezal y de bordear casi toda la Sierra de la Corta, abandonamos la pista que llevamos y que asciende hasta la majada del Hoyo del Tejo, mal conocido como Hito de Escarandi, para acercarnos al monte de Valdediezma y coger un camino que nos descenderá hasta el valle de Sobra.

Pero antes de iniciar el descenso, una paradita de reagrupamiento, no sea que se nos haya perdido alguien, además, contra todo pronostico, ha dejado de llover y un tímido sol comienza a calentarnos para gran regocijo de todos.

Ya reagrupados tras picar y beber algo, nos ponemos de nuevo en marcha, que ahora nos toca descender unos 300 metros de desnivel.


Tenemos en frente el Cueto de la Cerralosa.

También vemos la parte alta del pueblo de Tresviso entre la niebla.

Bonito este camino que nos va metiendo hacia las profundidades.


 Una gran llambria al otro lado del arroyo de Valdediezma que tenemos a nuestra derecha.

Por la Senda Sulamoria llegamos al valle de Sobra.

Donde cruzamos por el coqueto puente Los Casares.

Buen sitio para hacer una foto.

El río Sobra se despeña hacia el nacimiento del Urdón.

Ventana de una de las cabañas que hay al otro lado del río, vestigio de un pasado con una gran actividad ganadera en claro proceso de desaparición.

Presa del Barrial por donde escapa el río Sobra. Según el libro-guía de Angel Sánchez Antón, fue la Sociedad Anónima Hidroeléctrica Ibérica (hoy Viesgo Energía) quien creó el Embalse de Sobra con la intención de elevar los muros de contención  a una gran altura, proyectando así convertir el valle de Sobra en un gran embalse. No pudo llevarse a cabo, ya que, a pesar de los esfuerzos y el material empleado, no se llegó a determinar porqué el agua se filtraba bajo los muros, haciendo inútil cualquier intento de obras mayores.
Desde aquí, nos toca ahora superar casi 200 metros de desnivel hasta salir a la carretera que llega a Tresviso. Un km. antes de llegar a este pueblo, debajo de las cabañas del Cotero Mordal, nos paramos a disfrutar de la comida que cada uno a acarreado.

Y también de la bebida.

Magnífica sobremesa sin lluvia y con buena temperatura.

Unos comen....

Otros beben......

¡Y otras fuman!

Una nueva especie que se comienza a ver por los montes de Cantabria.

Por encima de donde hemos comido, tenemos las cabañas de Cotero Mordal.

 Por donde se alimentan unos buenos ejemplares de las cabras de donde sale ese queso tan rico y que tanto nos gusta.

                                 

Esta bonita flor, para Nieves, que seguro sabe como se llama.

Acercándonos al pueblo de Tresviso, vemos la canal de Perilluenga, por donde discurre el antiguo camino que comunica Bejes con Tresviso y que yo he recorrido por primera vez el sábado pasado.

También vemos la canal de Reñinuevo con esa gran cascada producida por el desbordamiento de la canal.

 Otra bonita majada, los Invernales de las Espinas.

Al llegar a Tresviso se puso de nuevo a llover, pero la cosa solo duró poco mas de diez minutos. En el pueblo nos encontramos con esta placa del Instituto Geográfico Nacional donde se indican las coordenadas del pueblo y su altitud sobre el nivel del mar.

También este bonito cartel anunciando uno de los establecimientos hoteleros que hay en el pueblo.

 Iniciamos el descenso hacia Urdón por la Senda de la Peña, siempre espectacular. Aquí vemos los invernales de Prias, como casi todas las cabañas de la zona, también en ruinas.

 También vemos en la otra margen del río Urdón, la canal de Reñinuevo, que nuestro grupo recorrió el sábado pasado y que pronto espero poder subir el reportaje. En la parte inferior de la pared se ve el llamado Corredor de Matallana.

Espectacular vista aérea del camino.

En las faldas del Cuetodave se ve el casetón donde termina el canal de Reñinuevo. A la derecha de este casetón, sale el sendero para ascender a la cumbre de esta modesta pero espectacular cumbre, cosa que por fin, pude comprobar yo mismo el sábado pasado.

Vista desde el Balcón de Pilatos del río Urdón.

Llegando ya a la altura del río, cerca ya del final del camino, vemos esta bonita cascada.

Al final no llovió tanto como habían anunciada, lo que una vez demuestra, que al monte hay que ir ¡aunque haga buen tiempo!