sábado, 25 de marzo de 2017

Al Alto del Naranco 2.219 mt., bajo una fuerte nevada

Sábado 25 de Marzo. Previsión del tiempo para este día, muy nuboso con precipitaciones débiles y generalizadas, cota de nieve a partir de 800 m. subiendo a lo largo del día a los 1.200 m.
Hace ventiun días, con unas previsiones parecidas, subimos desde Barrio hasta la cumbre de la Zamburria, y la actividad, aunque por la mañana nevó bastante, resulto altamente positiva, por lo que a la hora de proponer algo semejante para este sábado, recordé que cuando descendíamos de esta cumbre hacía Ledantes, durante un buen trecho, tuvimos a la vista a la derecha de la Zamburria, la cumbre del Sestil de Robadorio, que es la mas oriental de la larga arista cuyo punto  mas alto son los 2.219 m. que según el mapa, recibe el nombre de Alto del Naranco. Y esta fue la propuesta que hice a mis cinco acompañantes en este día, salir del pueblo de Ledantes, coger la pista que comunica este pueblo con la carretera que asciende hacia el puerto de San Glorio, y ascender al Alto del Naranco por su cara norte. El descenso ya se vería sobre la marcha, si el tiempo nos lo permitía, la idea era descender hacia los puertos de Riofrío, con la posibilidad de ascender a los Altares, que nos pilla muy a mano y alguno de los presentes les tiene muchas ganas.

Aquí estamos, delante de la iglesia de Ledantes, los seis intrépidos dispuestos a enfrentarnos a las adversas previsiones y a luchar para poder alcanzar esta aún inédita cumbre para  todos nosotros.
El cielo, en el momento de la partida, esta completamente tapado, pero de momento, no cae precipitación alguna.

Pero a los pocos minutos de ponernos en marcha, una cerrada nube se adueña de la zona y comienzan a caer pequeños copos que por momentos aumentaban en intensidad y por momentos, disminuían.

Los árboles ya comienzan a anunciarnos que la primavera ya ha llegado.

Dejamos la pista principal que desemboca en la carretera de San Glorio, y ascendemos por una secundaria que según el mapa, nos tiene que llevar a una cabaña situada en el lugar exacto para realizar la parada de las once.
Ataviados con nuestras mejores galas invernales, capeamos sin problemas la precipitación de nieve que va cayendo sobre nosotros.

Llegamos a la cabaña, que por cierto, la encontramos bastante deteriorada y algo sucia por dentro, pero nos sirve para poder picar un poco y darle el primer "viaje" al caldo que un día mas, nos trae el amigo Justo.

 Cuando salimos de nuevo a la calle, vemos que sigue nevando con bastante intensidad, con el agravante del viento que comienza a soplar y que hace que los copos en vez de caer en vertical, vuelen en horizontal. En estos momentos no damos mucho por nuestras posibilidades de llegar a la cumbre, y en el grupo se oye alguna proposición de no se que de bajarnos hasta Vega de Liéebana y meternos un buen cocido lebaniego entre pecho y espalda, lo cual nos hace un poco la boca agua, aunque inmediatamente se oye otra voz que dice:
-¡Pero bueno, abra que intentarlo! ¿no?
-Si, si, claro, todos de acuerdo con que primero hay que intentarlo.

La pista hace un giro hacia la izquierda y comienza a ascender hacia la zona alta que conforma la cara norte del Alto del Naranco. Afortunadamente por aquí, parece que el viento no sopla tanto y la precipitación disminuye un poco. Totalmente concentrados, poco a poco vamos ganando metros a la ladera y nos vamos olvidando de las tentaciones culinarias.


La nieve nos deja ver un marcado sendero que en cómodos zig zas, nos acerca a un contrafuerte rocoso. Lo salvamos por su lado izquierdo, por un terreno cada vez mas empinado que nos obliga a ponernos los crampones para ir con mayor seguridad. Estamos ya a dos mil metros.

Jose, que se esta iniciando en esto de las marchas invernales, estrena hoy crampones, y alaba la seguridad que estos dan cuando se asciendo por nieve dura.

Yo hoy, estoy haciendo pocas fotos y pocos vídeos por miedo a que se me moje la cámara. No así J.R., el cual hizo la mayoría de las fotos que ilustran este reportaje. Se nota porque hoy yo salgo en casi todas.


Llegamos a una ante cima de 2.046 m. situada al norte del Alto del Naranco. Aquí la niebla es bastante cerrada y no nos deja ver casi nada a nuestro alrededor.

Afortunadamente, llevo la aplicación en el móvil que nos indica en todo momento nuestra situación en el mapa. Tenemos que descender hasta un collado próximo, a 2.019 m. y desde este punto, afrontar los últimos doscientos metros hasta la cumbre.

Nada mas dejar el collado atrás, el terreno se pone muy inclinado y la nieve nos la encontramos muy dura. Es la hora de sacar los piolets de nuestras mochilas y llevarlos en la mano.

Sigue nevando y soplando el viento. Menos mal que casi nos da de espaldas. La visibilidad es también cada vez menor. Una parada para coger un poco de aire.

J.R. que va unos metros por delante, por fin nos comunica que ya esta en la cumbre. Unos metros por debajo mio, Victor dice que se da la vuelta. Keko, que hasta ahora se ha desenvuelto de maravilla en la nieve, pasa dificultades en este tramo mas empinado y con nieve dura. Le animo a que hagan un último esfuerzo, pues tenemos la cumbre a pocos pasos y posiblemente, nos planteemos el descender por la otra vertiente. Me hace caso y por fin damos todos los últimos pasos para llegar a la cumbre.

Keko aún un poco acojonado por el tramo superado. Nos hacemos la foto de cumbre e inmediatamente planteo a mis compañeros mi sugerencia de que descendamos por la vertiente opuesta a la de subida. La idea es descender los cien metros que nos separan del Collado del Robadorio y llegarnos hasta el refugio del Cubil del Can, comer en el, y ya desde aquí, descender por los puertos de Riofrío hasta coger la pista que desde estos puertos, desciende hasta el pueblo de Ledantes. La propuesta en un principio, asusta un poco. La visibilidad es totalmente nula y con estas condiciones no parece muy prudente aventurarnos por terreno desconocido, pero yo en principio, confío plenamente en la aplicación que nos va marcando nuestra situación en el mapa, y también en mi conocimiento de la zona, ya que he andado por ella en numerosas ocasiones. Esperemos que no me falle la aplicación, cosa que nunca me ha sucedido hasta ahora.

Ante mi seguridad, los compis aceptan mi propuesta e iniciamos el descenso. Cada muy poco tiempo consulto el mapa para comprobar que vamos con el rumbo correcto. Enseguida llegamos al collado Robadorio, pero este collado es muy amplio y me cuesta ubicarme en el. Comenzamos a descender hacia una zona que pienso nos lleva hacia el refugio, pero tras una comprobación en el mapa, veo que no estamos en el buen camino. Toca volver a ascender hasta el collado y ahora si, me doy perfecta cuenta de nuestra situación y cogemos la dirección correcta.

Andamos un poco por el amplío collado y enseguida iniciamos el descenso hacia la zona donde se encuentra el refugio, al cual nos cuesta todavía un buen rato llegar, pues la nieve por aquí es mas abundante y la cerrada niebla me obliga a realizar muchas comprobaciones para ver que vamos en la dirección correcta. La verdad es que pese a mi buen conocimiento de esta zona, si no llega a ser por la aplicación, hubiese tenido muchos problemas para encontrar el refugio.

 Mis compañeros se comienzan a impacientar y por detrás de mi oigo alguna queja sobre la situación en que nos encontramos. Yo voy en cabeza sin decir nada, totalmente concentrado en enfilar la dirección correcta para llegar al refugio. Y por fin, a las tres y cuarto, damos vista al ansiado refugio, y nos disponemos a saciar nuestros hambrientos estómagos, que ya comenzaban a quejarse de la falta de alimento.

Un poco ajustados, pues el refugio es pequeñito, nos vamos acomodando para dejar vacío el termo y la bota de vino que también ha traído Justo, a la vez que damos cumplida cuenta de nuestros bocadillos y del jamón y del queso que nos ofrece Jose, que para eso está hoy de estrene..

La temperatura, incluso dentro del refugio, es muy baja, por lo que enseguida nos ponemos de nuevo en marcha, ahora ya sin problemas de orientación, pues solo tenemos que seguir la pista que nos irá descendiendo hasta la salida de los puertos, donde se enlaza con la pista que baja hasta Ledantes, pasando primero por el refugio del mismo nombre.

Por aquí el espesor de la nieve ya es considerable y además, sigue nevando con bastante intensidad.

Llegando al refugio de Ledantes donde comimos el día que subimos a la Zamburria.

J.R. se quiere fotografiar delante de el, creo que es la primera vez que esta por aquí.

Hace veintiún días veíamos desde aquí toda la cara norte de Peña Prieta. Hoy solo se intuye un poco entre la niebla.

Ya solo nos queda ir descendiendo por la pista hacia Ledantes, disfrutando de una copiosa y preciosa nevada.




Justo y yo recordamos viejos tiempos, cuando cargados con pesadísimas mochilas, ascendíamos por aquí para pasar tres o cuatro días perdidos por estas montañas.

Las mochilas hoy llevan un peso adicional.

Sin mas novedad, a las siete de la tarde llegamos de nuevo a Ledantes, tras diez horas de actividad, con veintidós kilómetros recorridos y 1.500 metros de desnivel superados.

A Jose y a Chema aún les quedan fuerzas para bajar por debajo del pueblo a visitar la Pisa o Batán de Ledantes, que Jose aún no conocía.
Otro gran día de montaña. Pese a las adversidades, conseguimos nuestro objetivo y ademas, disfrutamos de la belleza de la nieve, que aunque este año ha escaseado bastante, nos esta dando mas satisfacciones que nunca.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
No os perdáis el vídeo que he preparado.

 

viernes, 24 de marzo de 2017

De Fuente Dé a Torre Blanca (o el milagro de la botella con refresco)

Miércoles 15 de Marzo, estoy subiendo hacia Cabo Mayor realizando uno de los entrenamientos que entre marcha y marcha suelo meter a mis piernas para que sigan dándolo todo en la montaña. Suena mi móvil que lo llevo en la mochiluca que suelo cargar a mi espalda. Le abro y veo que la llamada es de Jose. Me comunica que ha quedado con Juan Carlos para ir el viernes a intentar subir a Torre Blanca desde Fuente Dé. Me lo dice para ver si me animo a acompañarles. Le digo que lo pensaré. En principio, siempre suelo tener en mente poner salida los sábados, que es cuando están libres muchos de los asiduos a este grupo. Pero para este sábado tienen salida los del Peñas Arriba, y por lo tanto  no puedo contar con Chema, que es el activo mas seguro a la hora de apuntarse a nuestras actividades, así que al cabo de unas pocas horas, le comunico por el whatsapp que cuente conmigo. La ascensión a Torre la Blanca la tenemos en nuestro calendario de actividades para este mes de Marzo, aunque al día de hoy, ya hemos sufrido dos fracasos a la hora de intentar conquistar su cumbre, por lo que en principio, no veo muchas posibilidades de que a la tercera sea la vencida. Mi idea era dejar el intento para después de que cambien la hora, subir en el primer teleférico, y así disponer de mas horas de luz y descender por la tarde por el Hachero. Jose sin embargo me dice que a ver si podemos salir a las siete de la mañana de Fuente Dé para bajar por la tarde en el teleférico, ya que tiene que entrar a trabajar a las díez de la noche. ¡Eso es amor por la montaña, si señor!.
A las cinco y media de la mañana me recoge en la puerta de Santa Cotilde y salimos pitando para Fuente Dé, tan pitando, que antes de las siete ya hemos llegado a nuestro destino, lo que a mi me supone  llegar con un fuerte mareo que no permite entonarse a mi cuerpo hasta que no llevemos un buen rato de marcha.
En Fuente Dé nos juntamos con Juan Carlos y a las siete y cuarto, con dos grados de temperatura, enfilamos a todo trapo hacia la Jenduda, llevamos tanta prisa, que en esta ocasión pasamos de hacer foto de salida.

Los primeros rayos de sol comienzan a alumbrar en el Coriscao.

Dejamos el sendero que sube hacia el Hachero y cogemos el que nos subirá hacia la Jenduda. Fotografío a Jose con la Peña Remoña al fondo.

El día parece que promete.

La mañana se presta para caminar. Subimos con un fuerte ritmo y enseguida nos acercamos a la entrada de la Jenduda.

Tras superar el resalte de las cuerdas, continuamos a buen ritmo engullidos por las paredes de la canal.

La clave para poder llevar a buen término nuestro proyecto, se encuentra en como encontremos el estado de la nieve. Cuando llegamos a los primeros neveros a la salida de la Jenduda, vemos con satisfacción que por lo menos por aquí, se encuentra en inmejorables condiciones para caminar sin hundirnos prácticamente nada.

Un poco antes de llegar a los Lagos de Lloroza, aunque aún es temprano, nos paramos a picar un poco, que hoy hemos madrugado mucho.

La canal de San Luis con el Pico de la Padiorna al fondo.

A la derecha el Coriscao, y al fondo el Lomas y el Cuartas. Vemos que por la cordillera hay mas nieve de la esperada.

Pasamos junto a uno de los Lagos de Lloroza, que como es natural para esta época del año, se encuentra totalmente helado.

Continuamos camino hacia la Vueltona y seguimos viendo que la nieve sigue en inmejorables condiciones.¡Quien lo hubiera dicho!
Pasada la Vueltona y cuando comenzamos a ascender hacia la pared sur de los Horcados Rojos, ya vemos claramente nuestro objetivo de hoy. Parece que las condiciones, de momento, nos son totalmente propicias.

A las once y cuarto llegamos a Cabaña Verónica. Cuatro horas nos ha llevado llegar hasta aquí y viendo el estado de la nieve, no dudamos en que esta vez sí, llegaremos a la cumbre de Torre Blanca.
Hemos cargado con las raquetas, pero viendo como esta la nieve, decidimos dejarlas en el refugio para recogerlas a la vuelta. Esperemos que no nos tengamos que arrepentir.

Jose admirando el panorama hacia Santa Ana y Peña Vieja.

La Canalona también luce sus mejores galas.

En esta fotografía sacada por Jose desde Cabaña Verónica, se ve la cumbre de Torre Blanca, y si os fijáis, a la derecha de ella, se distingue un montañero en su cumbre. A la entrada de Hoyos Sengros nos cruzamos con el. Nos comento que había salido de Fuente Dé a las seis de la mañana y ya había estado en las cumbres del Tesorero y de Torre Blanca, lo que demuestra su buen estado de forma y también el de la nieve.

Descendemos unos metros para bordear el jou alargado que configura Hoyos Sengros por su margen derecha. El sol cae sobre nosotros como verdadero fuego. Aunque la temperatura que marca mi termómetro es de 17º/18º, la sensación es como si estubiésemos a 30º, pues la nieve nos rebota los rayos solares multiplicando su potencia.

Y aunque la nieve ya comienza a reblandecer algo debido al calor, seguimos progresando con bastante facilidad hacia nuestro objetivo, eso si, rebajando muy mucho el nivel de nuestros depósitos de agua.

Vamos dejando atrás el Tiro Llago.

Y también el Madejuno.

Vamos siguiendo la huella dejada por un esquiador en medio de un silencio abrasador, solo alterado por el ruido de nuestras pisadas en la nieve. Nosotros no hablamos nada, solo vamos concentrados en nuestros pasos y en soportar este calor que nos aplana.

Por fin llegamos al pie de la montaña donde el terreno se pone mucho mas vertical. A nuestra izquierda tenemos esta visión de la cordillera.

Como siempre, Jose se pone en cabeza y comienza la ascensión por la pendiente pala de nieve que nos eleva hacia la ansiada cumbre.

Le sigo yo.....

Y un poco mas abajo Juan Carlos.

 Tras superar un primer tramo muy vertical, salimos a la arista final que aunque no es tan vertical, es mas expuesta, con una importante caída por nuestra derecha hacia el Jou del Tras Llambión.

Con la máxima concentración, vamos llegando a la cumbre. Es la una de la tarde, lo hemos hecho en menos de seis horas. Fundamental repito, el estado de la nieve.

Con un panorama espectacular en cualquier dirección que miremos.

Como este de la Vega de Liordes con la cordillera y el Espigüete al fondo.

Tiro Tirso y el Llambrión.

Así estaba la chimenea que da acceso al Llambrión. ¿Para cuando nosotros, Jose?

Pues sí, a la tercera fue la vencida, y esta vez, desde Fuente Dé.

Torre Salinas y la Torre del Hoyo de Liordes.

Tras disfrutar un rato en la cumbre, iniciamos el descenso. En este primer tramos nos exige poner los cinco sentidos. Os aseguro que la cosa esta mas vertical de lo que se aprecia en la foto.

Otra espectacular vista de la cordillera.

Poco a poco y con la máxima concentración, descendemos el tramo mas comprometido.

Cuando llegamos a terreno mas seguro realizamos una parada para agruparnos y ver donde nos paramos a comer. En ese momento pego una chupetada a la goma del agua y veo con estupor que en la bolsa ya no queda mas líquido. La traía con dos litros y medio y me lo he tragado todo. ¿como aguanto yo sin beber hasta llegar a el Cable con este calor tan insoportable?
Llego en donde esta Jose parado y veo a dos metros de el una botella de agua de Solares caida en la nieve.
-Jose, ¿es tulla esa botella?
-No, estaba ahí.
La cojo y veo que esta llena de liquido algo helado. La abro y huelo un agradable sabor a limonada.
Pruebo un sorbo y compruebo que esta delicioso y refrescante.
¿Pero como es posible que nada mas quedarme sin agua me encuentre esta riquísima bebida perdida en esta inmensidad de nieve, justo por donde pasábamos nosotros?
¡Y sin empezar!
Esta claro que alguno de los esquiadores que anduvieron por aquí ayer o antes de ayer, la perdieron y dio la casualidad que justo donde yo la necesitaba. Parece que hoy lo tenemos todo de cara.

Como aún es un poco pronto y antes de que ablande mas las nieve, decidimos llegar hasta Cabaña Verónica para comer allí mucho mas cómodos y tranquilos.

Nuestra huella ha quedado perfectamente grabada en la montaña.

En Cabaña Verónica comimos con la grata compañía de Fidel, un dicharachero montañero que nos invito a probar un suculento postre elaborado por el.

Acompañados por el, descendimos hasta el Cable, disfrutando de una magnífica tarde que invitaba a pasar del teleférico y llegar a Fuete Dé por el Hachero, cosa que si hizo Fidel. Nosotros acompañamos a Jose, que hoy no ha sido moco de pavo lo que nos hemos metido por pecho y espalda. Nos vamos con el alma henchida de gozo por la cumbre conseguida y por el hermoso día disfrutado, aunque hayamos pasado mucho calor. La próxima vez tendré que cargar con mas agua, pues un milagro como el de hoy, no creo que sea tan fácil que se repita.

¡BUSCAD LA BELLEZA, ES LA ÚNICA PROTESTA QUE MERECE LA PENA EN ESTE CADA VEZ MÁS ASQUEROSO MUNDO!.